LOGIA PITÁGORAS  Masonería Adogmática y Liberal

 

 

LA MASONERÍA EN MÁLAGA DURANTE LA II REPÚBLICA

            Dicen que ya desde las primeras horas del 14 de abril se hablaba por las calles de Málaga de la inminente proclamación de la república. Se veían grupos de personas en cada esquina que no paraban de llenar con sus vivas y con un optimismo rebosante,  las principales calles de la ciudad,  como así lo reflejó el semanario malagueño Vida Gráfica. Fue a las cinco de la tarde cuando fue izada la bandera tricolor en el mástil del edificio de Correos y Telégrafos, al tenerse ya noticias inmediatas de Madrid. La noticia se difundió como la pólvora por toda Málaga, formándose una manifestación espontánea ante la Administración de Correos, donde el líder republicano del Partido Radical Socialista, y que sería elegido alcalde de Málaga, Emilio Baeza Medina, junto a otros concejales electos, pidió que le fuera entregada esa bandera para ser izada más tarde, sobre las siete, en el balcón del Palacio Municipal. Posteriormente, se oyó a la banda municipal interpretar La Marsellesa y el Himno de Riego.

           

            De esta manera era proclamada la II República en la ciudad de Málaga. Eran las diez de la noche cuando en el salón de plenos,  todos los concejales socialistas y republicanos tomaban sus cargos, tras las elecciones municipales que se celebraron dos días antes, el 12 de abril, y que más que municipales fueron un auténtico referéndum, donde en Málaga se votó cuatro veces más a partidos republicanos que a monárquicos. De esta forma, casi espontánea se instauró la II República.

 

 

 

La  propia Masonería, que aunque tenía cierta importancia en esa época, no contaba con la que sí tuvo durante el último tercio del S. XIX,  se lamentaba, tal y como se refleja en el Manifiesto nº 8 del grupo La Verdad, portavoz de la Gran Logia Unida, de que “fuese el mundo profano el que se anticipase en la llegada del nuevo régimen, meta en la que radican la libertad y la justicia tan queridas y deseadas por el ideal masónico”.

 

            Fue a partir del último tercio del S. XIX, cuando la Masonería adquirirá un desarrollo importante, siempre en función de los vaivenes de la legislación, de su permisividad o no, al estar siempre sometida a la legislación vigente. Poco a poco, fue adquiriendo un desarrollo mayor, tanto en número de hermanos como por la actividad desarrollada en todos los ámbitos de la vida social malagueña. A principios del nuevo siglo, hubo logias que abatieron columnas y hermanos que pasaron a estado durmiente, y otros muchos que simplemente solicitaron la plancha de quite. Tanto a nivel local como en el resto del país, tuvieron problemas estructurales que afectaron a su organización, aunque con el advenimiento de la II República, volvió a tener importancia, no llegó a contar nunca con la importancia que ostentó durante el último tercio del S. XIX, donde contaba con logias como la Caridad nº 109, que era la más antigua de Málaga

capital, cuya fundación data de 1838.

             

            A pesar de la desunión existente, comenzaron a surgir nuevas logias, y muchos hermanos durmientes pasaron a la vida activa, llegando incluso a tener un considerable protagonismo político, derivado no de un activismo políticos de las logias, sino de masones que en la libertad individual de profesar los ideales de L.·.I.·.F.·., ejercían una vida política activa.

 

            Fue por tanto una época donde la Masonería se caracterizaba por una actividad muy comprometida en cualquier ámbito, incluido el político. Ello se desprende por ejemplo del discurso de la Asamblea Anual de la Gran Logia Regional Andaluza, celebrado en 1931, donde dice textualmente: “ La Masonería, aunque política, no es partidista, pero sus componentes pertenecemos a distintas fracciones políticas, casi todas de izquierdas, y en un frente único en el mundo profano hemos luchado en la forma que los masones sabemos hacerlo, con las fuerza de la razón y dentro de la legalidad”.

 

            Se desprende, por tanto una militancia izquierdista de la mayoría de los masones. Pero no hubo una intervención directa ni en la propaganda republicana ni en el advenimiento de la República, sino que fueron los individuos como militantes de los diferentes partidos políticos ( Alianza Republicana, P. Radical Socialista, P. Federal, PSOE, PCE ), los que perseguían el ideario-programa masónico, que por ejemplo, el de P. Radical Socialista era:

 

           -Unificación de la Justicia.

           -Libertad de Pensamiento.

           -Separación de Iglesia y Estado.

 

            Antes de la proclamación de la República, se fueron dando  en Málaga diferentes  pasos con el fin de preparar la llegada del nuevo régimen. Fue la Junta del Círculo Republicano, en 1930, con miembros masones como Pedro Gómez Chaix, fundador  del periódico malagueño El Popular, Emilio Baeza, Narciso Pérez Texeira, o Polonio Rivas, quienes fueron preparando la llegada de la República.  También la Sociedad Económica Amigos del País, en la actual Plaza de la Constitución, contaba en sus seno con militantes republicanos, pero fue durante la celebración,  el 11 de febrero del aniversario de la I República, en un almuerzo en los Baños del Carmen, donde los diferentes líderes republicanos locales dieron el primer paso de su unidad contra el sistema monárquico. Posteriormente en la sede de Alianza Republicana, formalizaron el proceso de unidad, que les llevó a publicar de modo conjunto el manifiesto “A los republicanos malagueños”, así como diferentes actos conjuntos celebrados en el teatro Vital Aza,  o  en el cine Plus Ultra. Se fue gestando un republicanismo no de oposición sino de total incompatibilidad con el sistema existente.

 

 En una entrevista publicada poco antes de la proclamación de la República, en el Diario de Málaga, de corte monárquico, el médico masón Aurelio Ramos Acosta, expresó sus aspiraciones políticas tales como una participación democrática en los Ayuntamientos, la dedicación de la mitad del presupuesto a enseñanza y sanidad,  la municipalización de los servicios públicos, así como el desarrollo del turismo como factor económico en Málaga. Aurelio fue, junto al también médico Cayetano Bolívar Escribano, los dos diputados masones que tuvo Málaga durante el primer bienio.

 

 

            Ya desde las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, Málaga contaba con diez candidatos masones, destacando Cayetano Bolívar, que se presentaba por el distrito de Santo Domingo, y que pertenecía a la logia Pitágoras nº 25, teniendo el nombre simbólico de Lenin, y que lógicamente pertenecía al Partido Comunista de España.

También destacaba el industrial Federico Alva Varela, quien sería el segundo alcalde republicano de Málaga, que pertenecía a la logia Patria Grande nº 18, que se presentaba por Alianza Republicana en el distrito del Carmen, teniendo el nombre simbólico de Blasco. O el también industrial Narciso Pérez Texeira, perteneciente también a la logia Patria Grande nº 18, con el nombre simbólico de Galdós, y que se presentaba por el distrito de Trinidad, y por el mismo partido político que Federico.

 

            Posteriormente, tanto en las Elecciones Generales Constituyentes del 28 de junio del 31, con cinco diputados masones como en las Elecciones Generales del 19 de noviembre de 1933, con dos diputados masones, la masonería malagueña amplía ahora sí, su influencia hacia el poder legislativo, así como en la formación en 1933 del Frente Único Antifascista, donde también había miembros masones en su seno. Es de destacar que en la Comisión para formar el proyecto de Constitución, de los 21 diputados que la formaban, 9 de ellos eran masones. Y dentro de los masones malagueños, quiero destacar la figura del notable masón y militante comunista Cayetano Bolívar Escribano, el “Lenin” de la logia Pitágoras nº 25, médico especialista en tocología, y conocido en Málaga como el médico de los pobres; profesión que ejerció entre los más necesitados, y que desde su sanatorio de El Palo ejercía sin cobrar nada a los más necesitados,  su especialidad. Llevó a todos los ámbitos las máximas de la Masonería, compatibilizando esta doble militancia, a pesar de que su propio partido político la  prohibía. Fue además el primer diputado electo de la historia del PCE. En 1936 Cayetano Bolívar repitió como diputado al que se unió otro diputado masón, ex alcade de Málaga, Federico Alva Varela, el “Blasco” de la prolífica logia Patria Grande nº 18.

 

            Ya en los últimos años de la República, la Masonería seguía muy comprometida y activa. En el diario malagueño La Unión Mercantil, en febrero de 1936, Fernando de los Ríos, socialista y masón, pronunciaba unas palabras que reiteraban el programa de progreso que la Masonería quería para España: “Queremos –dijo- , una España justa, no persecutoria. Una España culta, no analfabeta. Una España rica, no harapienta; he aquí el triángulo: Justicia, Cultura, Riqueza”.

 

            Dentro de esa época, a los masones que muchos de los cuales eran de clases medias profesionales, se fueron uniendo la clase obrera, muchos de ellos militantes del PSOE, y que fueron forjando su unión basándose en su rechazo a la derecha, y  la defensa de una enseñanza laica, defendiendo la pedagogía racional. Otro partido muy activo con muchos masones en su seno, fue el Partido Radical Socialista, muy vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, donde siempre la Masonería estuvo presente, y preocupada por la universalización de la enseñanza. Fruto de ello fueron las Misiones Pedagógicas, auténtica revolución de la República, y que consistían en auténticas expediciones culturales a los más recónditos pueblos, y que en Málaga recorrieron todo el interior de la provincia llevando el cine, el teatro, las bibliotecas o la música a espectadores que nunca habían tendido acceso a la cultura. Hay evidencia de que estuvieron en la provincia de Málaga, hasta el mismo día del estallido de la guerra. Otro pilar que evidenciaba la preocupación por la enseñanza, eran las Escuelas Racionalistas, un modelo pedagógico caracterizado por la ausencia de castigos o exámenes, así como por la pretensión de buscar en el alumno un ser pensante y libre. No es casualidad que fuera introducida en Andalucía por un masón, Antonio Muñoz Benítez, y alcalde de Dos Hermanas, apodado El Laico, perteneciente la sevillana logia Fe y Democracia nº 22, quien por cierto fue condenado por masón ocho años después de haber sido fusilado. En Málaga se crearon dos escuelas racionalistas, una en la Alameda de Colón y otra en el barrio de Huelin. Se creó en Málaga además, el Ateneo de Divulgación Social.

 

            Fueron unos años difíciles, con muchas huelgas y conflictos sociales, donde en poco tiempo se quisieron realizar cambios radicales para la sociedad de aquella época. Respecto a la Iglesia, los partidos políticos de izquierda propugnaban la separación entre Iglesia y Estado, así como el sometimiento de aquélla al derecho común. El semanario “masónico” Rebelión , que desde 1931 se llamó Rebeldía, realizaba críticas a la institución religiosa y contaba entre sus colaboradores a notables masones como Cayetano Bolívar o Enrique Ramos Ramos, quien defendió una enmienda del articulado de la cuestión religiosa de la Constitución. Era un semanario que coincidía no sólo en el nombre con otra loga malagueña, Rebelión nº 44, sino que en su cabecera aparecían símbolos masónicos tales como las dos columnas que enmarcaban su nombre, un ajedrezado junto a un triángulo, y la máxima masónica de L.·.I.·.F.·.. Dicho periódico, criticaba a la ciudad de aquella época a la que calificaba como “ la Málaga  de las mil tabernas y una sola librería”.

 

 

            Fueron años, por tanto,  donde la Masonería estaba muy comprometida y activa, y unos años que no quiero que nadie me interprete como un nostálgico o que los tenga idealizados en mente, ya que no fueron fáciles en absoluto. Sólo quiero reflejar la época donde había mucho por hacer y con muchas inquietudes, y que  como dijo El Poeta, “pasó y no ha sido”.

 

El Aprendiz