LOGIA PITÁGORAS  Masonería Adogmática y Liberal

España y la Masonería 

 

   Comúnmente se acepta que la Masonería nace en España en la ciudad de Madrid, con la formación de una Logia de breve existencia, llamada Las Tres Flores de Lys, conocida también como La Matritense. La fundó junto a otros miembros no españoles el Duque Phillipe Warthon, primer Gran Maestro del Gran Oriente de Francia (1728). La primera Logia de españoles se fundará a finales del S.XVIII en Brest (Francia) con miembros de la Armada española apostados en esta ciudad recibiendo dicha Logia el nombre de La Reunión Española. No aparecerán logias de españoles en territorio propio hasta principios del siglo XIX, de hecho en 1809 se funda la Gran Logia Nacional para todas las Españas que estará bajo los auspicios del GOdF y será su Gran Maestro José Bonaparte, llegándose a contar 34 logias en su seno. Posteriormente habrá otras como Triomphe de l´ Amitié; o Les Amis fideles de Napoleón, en cuyas logias conviven españoles y franceses.

 

     En 1816 tuvo lugar la fundación de la primera logia masónica de Canarias, que recibió el nombre de Los Comendadores del Teide, bajo patrocinio del conde de Saint Laurent, comisionado a la América española por el Gran Oriente de Francia para fundar logias y difundir en aquél continente las ideas y principios de la masonería. Esta Logia, dependiente de la suprema autoridad masónica francesa, el Gran Oriente de Francia, solicitó los auspicios el 30 de abril de 1820, cosa que obtuvo con el nuevo nombre de Logia Amistad en 1822, pasando al año siguiente a forma parte de el recién nacido Gran Oriente de España.

 

     Tras la época de Fernando VII, vuelve a ser solicitado el padrinazgo del Gran Oriente de Francia, por varios masones españoles, que constituyen en Barcelona la logia La Sagesse(1848). Posteriormente, en 1850, Asturias tuvo su porción de esta concepción masónica a través de la primera logia que se implantó en la región. Será en la ciudad de Gijón, cuando obreros especializados del vidrio y la loza de origen español, francés y belga, se unieron para levantar las columnas de la logia Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad que trabajó bajo los auspicios del GOdF. Periplo que concluirá en 1853 con la prohibición de la masonería en España.

 

     Excepto en los períodos de persecución que coincidieron con las etapas absolutistas, la Masonería española se definió por su imbricación progresista con la sociedad, encontrándola al lado de la defensa de las libertades individuales, del laicismo, posesionándose ante la universalización de la educación, junto a los movimientos pacifistas y al lado de las capas más desfavorecidas. 

 

   Este era el talante del Gran Oriente de Francia que va seguir teniendo en territorio español y a lo largo del siglo XIX, (1869-1894) diversas logias bajo su amparo: Fraternidad en La Palma; Alianza Fraternal en Mahón; Fe, Abnegación, Pirámides y Augusto Gaditana en Cádiz; España en Sevilla; La Virtud en Málaga; que junto con el trabajo masónico de otros orientes de carácter estrictamente nacional: (GODE, GONE, GOE), y el trabajo masónico de sus homólogos en Portugal, Bélgica darían carácter propio, a lo que hoy se conoce como Masonería Adogmática - que podría también definirse como la Masonería del Compromiso - rompiendo con sus homólogos anglosajones en posicionamientos como la Libertad absoluta de conciencia, lo que liberaba a sus miembros de la necesidad de creencia en un Dios revelado. Nunca la Masonería española mantuvo relaciones de reconocimiento con la Gran Logia Unida de Inglaterra, institución que otorga la “regularidad” a las Obediencias de la corriente dogmática. Grande fue el prestigio de la Masonería española, pues junto al denso ejército de hombres del común que ha formado las logias, se integraron personalidades del mundo de la cultura, la milicia, la ciencia, el arte y la política. El trabajo de estos masones españoles dejó su fruto en el seno del GODF. No en balde se puede encontrar todavía hoy a la entrada del Museo del GODF en la rue Cadet, donde está su sede, una bandera del Ejército Popular de la República española.


   Tras la muerte de Franco se sucedieron los intentos por reconstruir la masonería, prohibida desde 1937. Los contactos realizados con los antiguos francmasones republicanos dieron un resultado negativo. El 90%, desengañados, se desentendieron de la organización en la que habían sido iniciados en su lejana juventud.

 

  A finales de 1976 se dieron los primeros pasos para legalizar el Gran Oriente de España, a pesar de la reticencias del entonces Ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, quien denegó en varias ocasiones la constitución de Grandes Logias. El gran maestre del Gran Oriente Español era Antonio de Villar Massó.

 
 El panorama masónico español actual ofrece la presencia de Logias y Obediencias muy diversas, en función de su tendencia liberal o conservadora, así como de su adscripción nacional o internacional. El Gran Oriente de Francia (GODF) es hoy uno de los principales exponentes de la masonería adogmática en España.