LOGIA PITÁGORAS  Masonería Adogmática y Liberal

 

 Breve Introducción a la Masonería

 

Son universalmente aceptados por la científica historiografía los medievales orígenes de la Masonería actual. Tal aserto fue emitido por un profano, el Abad Grandidier de Estrasburgo quien, para crear su magna Essai Historique et Topographique sur L'eglise Cathédrale de Strasbourg [Larrault, STRASBOURG, 1782] rebuscó y espulgó en el archivo de la capilla de Estrasburgo, original documentación, para demostrar que la sociedad de francmasones era similar a las corporaciones de albañiles, que tres siglos antes, habían trabajado en Estrasburgo. Esta opinión fue recibida por VOGEL en sus Briefen über dei Freimaurerei [NÜRBERG, 1785] y H.C. ALBRECHT en sus Materialien zu einer kitischen geschichte der Freimaurerei [HAMBURG, 1792].

 

Con posterioridad, a principios del s. XIX, un grupo investigador alemán, masones y verdaderos masonólogos científicos, examinaron críticamente nueva documentación, demostrando fehacientemente, que la sociedad de los francmasones no tenia ningún objeto ni finalidad política. Tampoco era una Orden cualquiera de Caballeros, sino que procedía de las corporaciones de Oficios de la Edad Media.

 

Destacan 3 grandes periodos:

 

1º      Donde se denomina a la Masonería OPERATIVA, abarcando los s.XII al XV, coincidiendo con la elevación de grandes catedrales góticas, en la que el centro de unión de los colectivos masónicos gravitaba sobre el oficio de la construcción.

 

2º      De los MASONES ACEPTADOS, que tiene lugar en el s. XVII y las primeras décadas del XVIII. Transitorio tiempo en el que las sociedades masónicas admiten miembros honorarios, denominados “acepted masons” sin dedicación a la construcción.

 

3º      Abarca desde 1717 a nuestros días. Desde entonces se denomina ESPECULATIVA al estar formada solo por miembros [ADOPTADOS] separándose definitivamente del arte constructivo y ya solo pretende una conquista ética. Aunque mantiene la terminología propia de la construcción, su significación es simbólica.

 

LA MASONERIA OPERATIVA aparece con la edificación de conventos románicos, s.XI y XII realizados por monjes benedictinos y cistercienses. El Abad diseñaba los planos y dirigía las obras. Monjes arquitectos y laicos arquitectos comienzan a trabajar juntos. El Abad GUILLERMO VON HIRSCHAN, Conde palatino de Scheuren [1000-1091] es quién llamó y reunió a obreros de todos los oficios para la ampliación y terminación de las obras de la abadía de Hirschan, en calidad de hermanos laicos.

 

A pesar de soportar el peso fundamental del trabajo, pronto, los frailes necesitaron la ayuda de obreros y técnicos seglares, recurriendo en ocasiones, a especialistas de Bizancio. Así comienzan a trabajar juntos monjes y laicos.

 

Ya en el s. XIII , imitada la innovadora idea, aparecen varias logias independientes de las abadías y unidas entre sí, formando un cuerpo al que estaban afiliados los obreros en piedra de Alemania. El lugar donde trabajaban y vivían aquellos operarios contratados se llamaba LOGIA, rigiéndose por estatutos y reglamentos que nos muestran detalladísimas instrucciones y reglas para recibir a los masones operativos, el carácter iniciático y simbólico de su aprendizaje y las obligaciones ético-religiosas que adquirían.

 

En los  Estatutos de RATISBONA [1459], su artículo 55 dice:

 ... los constructores formaban un CUERPO INDEPENDIENTE de la masa de los obreros, distinguiéndose entre ellos con PALABRAS DE CONTRASEÑA y TOQUES, llamadas consignas verbales y manuales. Los APRENDICES, COMPAÑEROS y MAESTROS eran recibidos en ceremonias particulares y secretas. El Aprendiz elevado al grado de Compañero prestaba juramento de no divulgar jamás, los secretos del saludo.

Se explica que todo masón medieval cubría un periodo de formación que se divide en 3 etapas: aprendiz, compañero y maestro. El Aprendiz trabajaba bajo la dirección de un maestro de 5 a 7 años. Más tarde, por la calidad de su trabajo, la logia le proponía subir al grado de compañero. Si era admitido, se procedía a la ceremonia de Iniciación, para, posteriormente, ya nuevo compañero, iniciar un viaje por Europa, que solía durar 2 o 3 años, en busca de la perfección de su ARTE, mediante trabajos en obras que debían estar controladas por su gremio. El Compañero masón, en contacto con otras formas culturales, ampliaba y mejoraba sus localistas ideas por otras más amplias, diversa y avanzadas. Este viaje era imprescindible para optar al grado de Maestro.

 

La Masonería Operativa, aparte de instrucción técnico-profesional, propiciaba el carácter iniciatico que le es propio. Para ser recibido Compañero el aspirante se sometía a una ceremonia-ritual. M.F.A. Fallou, en su obra DIE MYSTERIEN DER FREIMAURER BOWIE IN EINZIG WAHER GRUND UN USPRUNG [Leipzig 1859], lo manifiesta de este modo:

 

El día señalado, el aspirante se presentada en el lugar de reunión del cuerpo de oficio, entraban todos los cofrades, desarmados porque este lugar estaba reservado a la paz y a la concordia, y el maestro abría la sesión. Participaba a los allí reunidos que habían sido convocados para asistir a la recepción de un candidato, y encargaba a uno de sus miembros que fuese a prepararlo. Este invitaba al compañero a adoptar, siguiendo la antigua costumbre de los paganos, el aspecto de un mendigo: se le despojaba de sus armas y de todos los objetos metálicos que portase, se le desnudaba el pecho y el pie derecho y se le vendaban los ojos. Con este aspecto era conducido a la puerta del salón preparado para el objeto, que se abría después de haber llamado con tres golpes por fuera.

 

El segundo presidente guiaba al neófito hasta el maestro, quién lo hacia arrodillar, mientras se elevaba una plegaria al Altísimo. Terminada esta parte de la ceremonia se hacía dar al candidato tres vueltas alrededor del salón y se le colocaba en la puerta, donde le enseñaban a poner los pies en escuadra y a adelantar tres pasos hasta el sitio del maestro. Delante del maestro, sobre una mesa, se encontraba un libro de los Evangelios abierto, una escuadra y un compás, sobre los cuales, según la antigua costumbre, el candidato extendía su mano derecha para jurar fidelidad a las leyes de la cofradía, aceptar sus obligaciones y guardar el más absoluto secreto sobre lo que sabía y lo que pudiera aprender en lo sucesivo.

 

Una vez prestado el juramento se le retiraba la venda de los ojos, se le mostraba la triple luz, se le daba un mandil nuevo y la palabra de paso y se le mostraba el sitio que debía ocupar en la sala de corporación.

 

Estas ceremonias iniciáticas propiciaban al nuevo hermano su contacto con el misterio de los símbolos que ejercían inmediatamente, un efecto catarquirco. Se les comunicaban las costumbres tradicionales, se les transmitía una enseñanza secreta de la arquitectura y la Mística de los números. Comunicaban, igualmente, el simbolismo de las herramientas: Compás, Escuadra, Nivel y la Regla, de significación precisa y no interpretable.

 

En las logias medievales todos los hombres tienen igualdad de derechos y obligaciones y se consideran hermanos. La igualdad de los miembros en el interior de la Corporación, el Celo empleado en la técnica enseñada y la Vigilancia sobre el progreso moral, constituyen los sólidos fundamentos del desarrollo y la perfección progresiva de la institución fraternal.

 

En el S.XVII las logias franquearon sus puertas a cualificados miembros honoríficos, LOS MASONES ACEPTADOS, desvinculados del arte de la construcción, que propició sustanciales cambios en la sociología compositiva de los talleres. Con estos ACCEPTED MASONS se fue perdiendo el carácter profesional y adquiriendo mayor vocación intelectual y espiritual.

 

LA MASONERIA ESPECULATIVA comúnmente aceptada desde el 24 de Junio de 1717, en la fiesta de san Juan, a partir de la reunión de 4 logias de masones aceptados en Londres, que acordaron la creación de la GRAN LOGIA DE LONDRES, dirigida por un Gran Maestro. Desde ese momento [solo y unicamente] la Gran Logia tendrá autoridad para crear nuevas logias, generando, con este hecho la legitimidad masónica llamada REGULARIDAD. La Gran Logia de Londres propició la redacción de unas constituciones, mediante encargo específico a dos pastores protestantes: Teófilo DESAGUILIERS y James ANDERSON, cuyo trabajo dio su fruto en 1723 con la primera edición de Constituciones de Anderson. Se divide en 4 partes: 

 

1ª      Historia de la Masoneria, o del Arte de Construir.

2ª      Obligaciones de un francmasón.

3ª      Reglamentos generales y

4ª      Cantos masónicos con sus músicas. 

 

La segunda parte, en su artículo primero, dice textualmente sobre las obligaciones del masón respecto a la religión y a Dios:

 Un masón está obligado, por su carácter, a obedecer la ley moral, y si comprende correctamente el Arte, no será un ateo estúpido ni un libertino irreligioso. Pero aunque en los tiempos antiguos los masones estaban obligados a pertenecer a la religión dominante en su país, cualquiera que fuera ésta, se considera hoy más conveniente obligarles unicamente a profesar aquella religión sobre la que todos los hombres están de acuerdo, dejando a cada uno libre en sus propias opiniones, es decir ser hombres de bien y leales, y hombres de honor y probidad, cualesquiera que sean las denominaciones y las creencias que les distingan; de esta suerte la masonería es el Centro de Unión y el medio de conciliar una amistad entre personas que hubieran permanecido perpetuamente distanciadas.

 

 

• La masonería exige la creencia en Dios, al que denominará genéricamente Gran Arquitecto del Universo, pero es ajena a cualquier profesión religiosa  determinada.

 

La masonería proclama la libertad de conciencia y respeta las creencias  religiosa individuales. 

La masonería es una institución fraternal creada para ser centro de unión entre los hombres.

 El fundamento esencial de la masonería es la integridad ética.

 

Respecto a la actitud de la masonería frente al Estado, decía el artículo 2º:

         El masón ha de ser pacífico súbdito de los poderes civiles, cualquiera que sea el lugar donde trabaje o resida, y no mezclarse nunca en complots o conspiraciones contra la paz y el bienestar de la nación, ni faltar a sus deberes con los magistrados inferiores.

 

Por tanto la institución masónica debe ser apolítica y debe respetar las ideas políticas de sus miembros en cuanto ciudadanos. Al neutralismo religioso del articulo I se añade el neutralismo político de este articulo II y se explica del siguiente modo en el artículo VI:

 

No se ha de decir ni hacer nada ofensivo ni que arriesgue la conversación libre, porque estropearía nuestra armonía y desbarataría nuestros laudables propósitos. Por tanto no se promoverán disputas ni discusiones privadas en el recinto de la logia, y mucho menos contiendas sobre religión, nacionalidades o política de Estado, porque en calidad de masones no sólo somos miembros de la religión universal mencionada, sino también, de todas las naciones, lenguas y razas, y nos oponemos a toda política, porque no ha contribuido nunca ni podrá contribuir jamás al bienestar de la logia.

 

Como reacción a la creación de la Gran Logia de Londres otras logias protoespeculativas reaccionaron incentivando nuevas fundaciones y llegaron a instalar en 1751 una Gran Logia de Masones Antiguos y Aceptados y a publicar constituciones propias en 1756. En 1813 la Gran Logia de Londres y la Gran Logia de Masones Antiguos y Aceptados se fusionaron y crearon La Gran Logia Unida de Inglaterra. De este modo la inmensa mayoría de talleres masónicos de la Gran Bretaña se mantuvieron fieles a las Constituciones de Anderson.